Yoel (6): primer encuentro en el que tuvo que intervenir con asiduidad y casi siempre de manera acertada. Poco pudo hacer en los goles, en el primero incluso realizó una gran parada antes del remate de Ángel.
Hugo Mallo (4): defensivamente estuvo correcto, pero se echaron de menos sus incorporaciones en ataque. Subió demasiado poco para lo que esperamos de él.
J. Vila (6): tenía una dura papeleta con Ángel de la que casi siempre salió airoso. Le sigue faltando contundencia en determinadas acciones.
Túñez (6): sorprendió su titularidad y en líneas generales aprovechó su oportunidad. Partido serio y bien al corte.
R. Lago (4): lo pasó bastante mal para frenar a Xumetra, que le ganó la partida en varias ocasiones. Ofensivamente apenas se dejó ver. Tiene que mejorar porque Bellvís viene empujando por detrás.
Bustos (5): su presencia creció con respecto a los dos primeros partidos tanto en la creación como en la destrucción.
Natxo Insa (6): al igual que su compañero, cuajó un más que aceptable encuentro aunque la presión ilicitana hizo que perdiera más balones que de costumbre.
Álex López (6): de sus botas salieron los mejores pases, como el que dejó solo a Iago Aspas en el primer tanto, pero esas apariciones fueron a cuenta gotas. Debe aparecer más.
De Lucas (4): los rivales optaron por frenarlo a base de faltas y el catalán se perdió en las protestas. Pese a todo, estuvo muy activo y su sustitución fue precipitada.
Iago Aspas (5): fue la pesadilla de Héctor Verdés, que solo era capaz de frenarle a base de golpes. Se dejó la piel hasta el final y solo se le puede criticar a la hora de rematar, donde estuvo desafortunado.
David (6): una oportunidad, un gol. Además del tanto, realizó un gran trabajo, presionando la salida del rival y lanzando desmarques. Se le notaba cansado en la segunda mitad.
Orellana (5): apenas se le vieron unos detalles y su entrada no mejoró el juego ofensivo del equipo.
Joan Tomás (4): se le vio perdido, fallón y apagado en todo momento.
Oubiña (4): dejó un par de pases su sello de calidad, pero su error monumental en el marcaje a Pelegrín que da lugar al segundo gol, provoca el suspenso.