Yoel (5): más que los tres goles encajados, preocupa su inseguridad en el juego aéreo en todas las acciones a balón parado. Pasan los jornadas y no mejora en ese aspecto.
Hugo Mallo (5): estaba completando un encuentro más que aceptable hasta que perdió los papeles en el tramo final y vio una amarilla absurda que no le permite jugar el domingo.
Cabral (6): el más entonado de la defensa. Contundente y sólido en el cuerpo a cuerpo y bien al corte. No se complicó en la salida de balón.
Fontàs (5): hacía tiempo que no lo veíamos tan bajo. Estuvo blando y, en ocasiones, despistado. Tampoco brilló en el desplazamiento de pelota.
Aurtenetxe (4): solo se entiende su titularidad porque no puede jugar en Copa. No tiene la seguridad defensiva de Jonny y, además, se hinchó a perder balones.
Oubiña (6): destacó en el labores defensivas, ya que recuperó bastantes pelotas gracias a su buena colocación. En la creación estuvo discreto como el resto de compañeros en la medular.
Álex López (4): el ferrolano se perdió en la niebla del José Zorrilla. Volvió a exhibir su peor versión cuando más lo necesitaba el equipo. Desaparecido en combate.
Augusto (5): inútil despliegue físico. Mucho pundonor, pero poco acierto. Dejó alguna jugada interesante y un control para enmarcar en la segunda mitad.
Rafinha (5): lo intentó sin éxito durante todo el partido. Sus detalles pudieron marcar la diferencia. Puso en la banda derecha no puede aprovechar todo su potencial.
Nolito (5): está atravesando una mala racha. Poca participación en el juego de ataque, aunque es cierto que apenas se utilizó su banda.
Charles (5): estaba siendo el mejor del Celta, pero su polémica expulsión tiró por tierra su gran trabajo. Baja sensible para el domingo.
Orellana (5): muy activo, pero poco pudo aportar cuando el resto del equipo no acompañaba.
Santi Mina (5): al igual que el chileno, su salida no se tradujo en una mejoría.
David Costas (-): nadie entendió su entrada con el partido ya perdido.
Luis Enrique (5): todo el planteamiento se vino abajo con la expulsión de Charles. Los cambios no reactivaron al equipo y como en Anoeta, no supo transmitir tranquilidad a los jugadores, que fueron los principales culpables. Sigue sin encontrar un lateral izquierdo tras 16 jornadas disputadas.